PREPARA LOS MEJORES TACOS DE TU VIDA

 En México llamamos taco a una tortilla a la que se le pone una tira transversal de cualquier relleno y que se comerá con las manos. De aquí en adelante las posibilidades explotan. Se puede hacer tacos de lo que sea y crear las combinaciones que quieras. Lo más común es agregar carnes, verduras o guisados pero no hay un límite como tal. Piensa en la tortilla como el vehículo que usas para llevarte las cosas a la boca y dale vuelo. 

¡El primer paso es calentar la tortilla!

Hay varias técnicas para hacer esto, siendo la más popular la del comal o sartén: se calienta una sartén sin aceite a fuego medio alto y se ponen en ella las tortillas. Se deben dejar unos 30-45 segundos por cada lado pero esto depende del calor y es de tu gusto. El punto que buscamos es que estén suaves, calientes y un poco doraditas.

Para ciertos guisados o rellenos caldosos puede convenir sellarlas con un poco de aceite de girasol o manteca, en cuyo caso ponemos media cucharada de cualquiera de estas en la sartén y repetimos el proceso anterior.

En México también se acostumbra calentarlas al fuego directo de la estufa, sin sartén. Esta técnica da un sabor un poco quemado y delicioso, el procedimiento es tal como suena: arrojando la tortilla a la estufa apoyada en los soportes y dejar que se caliente hasta que se queme un poco. En México utilizan las manos para darles vuelta rápidamente pero unas pinzas pueden ayudarte.

 

Otros usos de la tortilla:

Puedes freírlas por completo en aceite de girasol hasta que estén duras para hacer tostadas (si las cortaste previamente en triángulos haces totopos) y si quieres también puedes tostarlas en tu freidora de aire u horno.

¡Si congelaste tus tortillas o llevan unos días en el refrigerador te sugerimos sacarlas de la bolsa y sumergirlas totalmente en agua por unos 20 minutos antes de calentarlas para que absorban humedad y te queden como nuevas!